Ante mi, un espejo de silueta en sombra.
fuera espera la calle y sus maestros,
felinos que nacen de la oscuridad,
de pasos veloces, silenciosos, ágiles.
Sus ojos advierten acción y misterio.
Destreza en el ataque, al igual en la huída.Hacen de sus garras el arma
y de su grito la amenaza.
Ante el peligro se crecen, se hacen más fuertes.
Solitarios, hacen de la noche su compañera
en un escenario con telón de estrellas y luna
cuyo público duerme ignorando la tragedia.
Déjame aprender de ti, maestro.
Deja que ilumine tu reino con el fuego
cuyo calor espantará a nuestros enemigos,
perros sumisos que imponen colmillos
y sus amos corrompidos por el miedo a ser libres.
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