De ventrículos va la cosa

Etimológicamente (vaya palabrita) “recordar” significa “volver a pasar por el corazón”. Este fin de semana, no he hecho mas que recordar, es decir, han vuelto a pasar por mi corazón innumerables emociones, sentimientos, momentos, personas e ideas. Y es que todo encajaba: un austero sitio se llenaba de vida por las inquietudes de personas que han decidido emprender la aventura que emprendí hace ya varios meses, teniendo las mismas dudas y miedos que cuando hace un año me presenté a un taller de formación para viajar a Chiapas, un estado al sur de México donde hace más de una década unos locos muy cuerdos quitaron la balanza a la justicia para gestionarla ellxs mismxs, al igual que su economía, educación, sanidad, política, su vida y su muerte.

La compañía, como decía, fue el ingrediente principal de un plato inevitablemente picante. Más aun, cuando fue la excusa para encontrarnos quienes antes de Chiapas descubrimos Guatemala, con todo lo que guardaban sus calles y avenidas. Recordábamos entre nosotras, volviendo esos momentos a pasar por corazones que al latir creaban un ritmo que nos hacía bailar y caminar de nuevo hacia esas tierras.

La lucha de lxs compas se interiorizaba más. Recordé la intensidad con la que se puede llegar a sentir una idea, un sueño, una lucha, en este caso la del zapatismo. Y de nuevo haces valoraciones y esas odiosas comparaciones de las que quieres aprender y te das cuenta de cómo la humildad es la base de su lucha. Humildad por la humanidad, porque somos personas, nada más, pero tampoco nada menos. Y comparo luchas de aquí y allá y me desborda la prepotencia occidental y ese pedestal al que desde pequeño nos enseñan a subir para verlo todo desde arriba, señalando y despreciando al otro, lo distinto, lo opuesto, lo que no podemos comprar, lo que no está a nuestro alcance, como puede ser el coraje de quienes se cubren el rostro para darse a conocer al mundo, de quienes arriesgan su vida por la vida, de quienes hacen de su día a día su filosofía política. Tal vez no gocen de la comodidad y lujos que poseemos, tal vez, pero es que no cayeron en el error de valorar a la Madre Tierra y sus habitantes por debajo de meros objetos inertes o del valor de una moneda y lo mas digno el hecho de que así lo sigan haciendo a pesar de la represión que sufren para seguir haciendo de su sueño una realidad.
Y es que este es el problema: a muchxs les jode ver que unos “burros indígenas” han sido capaces de eso, de lograr sus sueños, porque estos que andan jodidos ven como sus vidas se les escapa en hipotecas, frente a un televisor, explotado por un horario o viviendo en el único sitio que no quieren vivir. Esa envidia les corroe porque les hace sentir responsables de su propia infelicidad y les jode que alguien a quien consideran por debajo de ellxs lo hayan logrado. Solo os digo que sigáis jodidxs porque a esta gente de tez morena y sangre rebelde les queda batalla por dar y porque mientras no seáis capaces de bajarse de ese pedestal y ver las cosas tal y como son seguiréis siendo presos de vuestras propias cadenas. Libres de ellas son aquellxs que están siempre abajo y a la izquierda, como el corazón, como este que late con fuerza por cada recuerdo de allá.

Miedo de sí mismo

Mentiras, más que mentiras. Enfréntate a la ignorancia de tu verdad, esa que defendiste con miedo pero también con sangre. Enfréntate a tu corage revestido de odio y lemas de oscuras y frías sombras. Enfréntate a usar metáforas de vida y muerte, esa que robaste y esa que diste. Enfréntate a tu error y al error que cometen quienes defienden tu error. Enfréntate a la justicia de túnica y corbatas, pero también a esa que tu decidiste aplicar en ese vagón, esa justicia de un mundo subterráneo, el mundo de la calle, mundo que sucumbe a la falsa luz de una caja tonta lista que domina a los tontos, calle la cual espera responder con su justicia, con la que te atreviste a jugar y te esperará paciente. Porque aquellos quienes conocen la calle y se enfrentan a ella y en ella, sabemos que su paciencia es tan duradera como los muros que la definen, muros que ya advierten de que nuestro mejor homenaje a Carlos es y será continuar la lucha, que ni olvidaremos ni perdonaremos aquello que no eres capaz de afrontar ni de enfrentar y estaremos ahí para gritar basta con la voz y las manos, basta a todxs aquellxs que como tú preferís intoxicar y robar la realidad y la vida. Y todo ello por algo tan simple como es el que nosotrxs sí que afrontamos este mundo y no lo permitimos, no damos la vuelta a su continuo genocidio, sino que luchamos por hacer de él algo nuevo, algo más humano, sensible y libre, en el cual vuestra irracionalidad no tiene cabida y que al dirigirse contra nosotrxs, nos obliga a responderos, robándonos tiempo y fuerza, pero alimentando la ilusión de luchar por un mundo nuevo, aquel que llevamos en nuestros corazones.


Dados y dudas


Es curioso, pero este viaje que aun no me ha llevado a ninguna parte ya ha comenzado. Creo que comenzó en un avión de vuelta a Madrid, en sus terribles asientos desde los que pude ver Indiana Jones en alemán. Creo que fue ahí cuando sentí que ese vuelo volvería a repetirse pero en sentido contrario al darme cuenta de todo aquello que las circunstancias me hicieron descubrir pero no poder conocer. A partir de ese día comenzó este viaje que aun no me ha llevado a ninguna parte.

Los preparativos llegarán, al igual que las prisas y los olvidos. La gente sabe de mi intención, creo que ese fue el segundo paso hasta allá. Hablar de mi propuesta personal para un mayor compromiso propio y así, en caso de no realizar finalmente este viaje, torturarme con las palabras que expliquen por qué se truncó mi viaje. He de reconocer que será allí cuando vea mi sueño cumplido, cuando desde el trampolín me haya lanzado a esa piscina de fuego cuyo humo me impide ver con claridad. Antes no puedo asegurarme nada. Tengo miedo a que ciertas personas utilicen su sucio poder para sabotearme mas allá de mi día a día, como intentan y en ocasiones logran hacer, o para infectar mis sueños en nombre, paradójicamente, de la justicia y la libertad. En ese caso, mis sueños se dirigirán enteramente hacia ellos y no me resignaré. Pero también tengo otros miedos, o dudas (aunque sea un eufemismo): fechas de vuelo, de permanencia, destinos, gentes, gastos, cultura, mas dudas, estancias, nostalgias, descubrimientos... El itinerario de viaje no hace mas que cambiar, parece que solo tengo claro el país (México) y el mes (noviembre).

Tal vez escriba hoy porque me he despedido de alguien importante para mi, tal vez porque hoy leí otro blog o tal vez porque no tenía nada que hacer. No es la primera despedida, tampoco la primera despedida importante. Me ha encantado ver la ausencia de ese invisible fondo melancólico que en estas ocasiones suele aparecer. No siento que sean despedidas, por el contrario, siento que se firma una especie de contrato sin palabras en el que ambas partes pactan el seguir estando ahí, la una para la otra, siendo capaces de superar la distancia la cual separará a las partes firmantes. Estoy seguro de que eso no me ocurrirá en todas las despedidas, de hecho, estoy seguro de que habrá quien me despreocupe no haberme despedido, aunque también haya de quien no pueda despedirme como hubiese querido. Y es que las despedidas no han de saber amargas, al contrario, de cuantas mas personas te despidas más tendrás luego para contar y que te cuenten, creando esa ocasión con la excusa de tu vuelta, en este caso la mía. 

Faltan dos meses para mi marcha y de cara al calendario se me hace un tiempo extenso, pero de cara a lo que allí busco se me hace interminable, más cuando no estoy seguro de poder aprovechar al máximo los últimas días en esta tierra. A vivir, a eso es a lo que voy allí. No quiero atarme a horarios, salarios, profesores o lugares. Aprender es lo que quiero y eso lo aporta el día a día, no las ataduras. Por eso quiero decidir allí cual será mi rutina y espero que la inunden espacios con sillas colocadas en círculo en las cuales cada voz no sea ni mas ni menos que la anterior o la próxima. De esas asambleas es de las que quiero aprender porque creo que es ahí donde se aprende y educa y no donde se memoriza o se instruye.

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